Historia

Fulleda, historia 

Fulleda es un municipio (16,19 km2) de poco más de 100 habitantes situado en el extremo este de la comarca administrativa de las Garrigues, en la Segarra histórica, fronterizo con la Conca de Barberà. La población está agrupada en el núcleo urbano (560 m) en el interfluvio de los valles (o fondos) de la Granada y Escortals.

El territorio fulledenc, incluido inicialmente de alguna manera dentro del de Tarrés, fue cedido por Ramón Berenguer IV a Ramón de Boixadors el 1149. En esa época se construyó la torre de defensa (la Torra), derruida durante las guerras carlistas del XIX, y otras edificaciones conocidas como el Castillo. Las tierras de los Boixadors y otros propietarios fueron pasando a través de varias donaciones al monasterio de Poblet. En el período de los siglos XIII-XV se consolidó progresivamente el dominio de Poblet sobre la localidad, que se alargaría hasta la Desamortización del XIX.

Durante la Guerra de los Segadores, la población sufrió el saqueo de las tropas españolas de Felipe V en 1643. Parece que en este enfrentamiento se perdió el archivo municipal que había sido trasladado a Poblet.

Con motivo de la Guerra de Sucesión, la merma general de la población se dejó sentir en Fulleda, que bajó a 20 casas, y el conjunto comarcal, que descendió hasta 790 casas en 1718.

El 1719, el número de casas en Fulleda es idéntico al de 1718 y el número de habitantes es de 155, mientras que la comarca tiene 961 casas con 3.681 personas.

El edicto del marqués de Castel-Rodrigo, del 2 de enero de 1719, creó el corregimiento de Lérida al que pasó a pertenecer Fulleda; sesenta y seis años más tarde, en 1787, según el censo de Floridablanca hay 428 habitantes. Podemos observar, pues, un aumento del 176%. Se puede deducir que este aumento se debió al valor agrícola de las tierras antes yermas, las cuales en el momento de ser cultivadas pidieron brazos forasteros. Este incremento fue general en todas las tierras que forman la comarca de las Garrigues, donde la población subió un 257%. Está claro que no fue un simple crecimiento vegetativo, y que las causas hay que buscarlas en unas circunstancias económicas favorables, las cuales exigían aportaciones humanas exteriores: nuevas plantaciones de olivos, árbol que se multiplicó extraordinariamente y en el caso de Fulleda, además, hay que pensar en una mayor actividad del horno de vidrio.

La implantación del régimen borbónico, con el establecimiento del catastro, provocó una época de fuertes dificultades económicas, agravada por la imposición del alojamiento de tropas. La población, sin embargo, experimentó durante el XVIII un gran incremento.

Durante el siglo XVIII y XIX disfrutó de importancia el horno del vidrio de Fulleda que efectuaba ventas en una zona bastante importante de las comarcas limítrofes, pero también en lugares más alejados como Tarragona o el Pallars.

Los padres de Agustina Zaragoza y Domènech, conocida como Agustina de Aragón, eran naturales de Fulleda, donde nacieron siete de sus hermanos. En el segundo centenario de su nacimiento, en 1986, la población le erigió un monumento.

El 15 de abril de 1931, un comité local revolucionario tomó posesión del Ayuntamiento y proclamó la República Catalana. Durante la Guerra Civil, la población acogió un importante grupo de refugiados provenientes mayoritariamente del sur de España.

La población obtuvo el máximo a mediados del XIX, con unos 500-600 habitantes, y ha ido decreciendo a partir de ese momento. El período de los años 60 del siglo XX fue de una gran emigración que a estas alturas parece haberse estancado.

 

 

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