Este martes, el cañón del monumento a la Agustina de Aragón ha vuelto a su ubicación habitual tras someterse a un proceso de restauración integral, tanto de los elementos de madera como de metal, con un resultado francamente espectacular.
El miércoles 11 de enero el cañón, una de las piezas del emblemático monumento dedicado a la Agustina de Aragón, dejó de acompañar por unos días a la heroína de la Guerra del Francés para someterse a un necesario y esperado proceso de restauración de todos sus componentes, tanto de madera como de metal. Un mes y medio después, unos días antes de la previsión inicial, el cañón vuelve a lucir en todo su esplendor en Fulleda.
Durante estos días el cañón se ha sometido a diferentes actuaciones que han servido para restaurar, de forma integral, toda la pieza (se han sustituido algunos de los elementos originales de madera debido a su deterioro por el paso de los años y las inclemencias climatológicas); sin duda, una restauración que puede calificarse de espectacular.
La llegada del cañón ha sido muy bien recibida ya que este domingo la localidad acoge la celebración de la sexta edición de la Marcha Heroica a Fulleda y el monumento es uno de los puntos de visita obligados y más fotografiados por parte de los participantes en este encuentro deportivo no competitivo.
Con el paso de los años, el monumento a la Agustina de Aragón se ha convertido en uno de los signos de identidad de la localidad. La pieza se instaló en 1986 con motivo del 200 aniversario del nacimiento de Agustina Raimunda Maria Zaragoza Domènech (1786-1986), hija de Pere Joan Zaragoza Labastida y Raimunda Domènech Gassull, naturales de Fulleda, donde contrajeron matrimonio en 1772.